"IL DOTTORE DOES IT AGAIN"

Me gusta la gente que cree en sí misma. Hay otros que creen que están donde están gracias a un cúmulo de circunstancias, que de no haberse dado no habrían supuesto esa posición que se ocupa ahora. Valentino Rossi no es de esos. Me gusta el motociclismo desde que tenía 14 o 15 años y soy de los "puretas" en este deporte. He visto correr a Kenny Roberts (el padre, el Marciano), a Freddie Spencer, a Ángel Nieto, a Ricardo Tormo, a Barry Sheene. Ufff, que tiempos aquellos.

A Agostini no lo vi correr, pero a pesar de sus 15 mundiales y los 12+1 de Nieto, estoy así, así por decir que Valentino es el mejor de la historia. No acabo de decidirme, pero me falta un pelo. Lo que me gusta de este tipo es que se toma esto como si fuera una actividad lúdica. Sus celebraciones son más propias de un crío de 10 años que un señor con su edad. Cada carrera es algo especial para él.

Como piloto lo admiraba, pero el día que lo subí un peldaño más para elevarlo a alos altares fue el día que le echo cojones a la todopoderosa HONDA. Valentino había corrido para ellos en 2001, 2002 y 2003, ganando los tres títulos consecutivos en MOtoGP. A los colegas del Sol Naciente debió cegarles la luz del astro rey, porque dijeron que, sin duda, Valentino era un gran piloto, pero que sin el poderío de HONDA no hubiera sido lo mismo.

En una de las mayores gestas (al menos para mí) de la historia del motociclismo, Il Dottore mando al mismímo carajo a los de HONDA y se fue a YAMAHA, que nos puede sonar a otra gran marca pero que en esos momentos llevaba diez años sin ganar un título, concretamente desde el año 1992, en que lo logró el gran Wayne Rainey. Lo que hizo Rossi, más o menos, es como irse del Real Madrid al Mallorca y pretender ganar la liga. Pues bien, en la misma temporada de su paso a YAMAHA, Valentino ganó el Mundial de MotoGP y los ecos del corte de mangas que debió haberle hecho en su cerebro a los de HONDA todavía resuenan en el paddock. HONDA no tuvo más remedio que renococer que había metido la pata hasta el fondo y le pidieron disculpas. NO era para menos después de esa humillación, Pocas cosas cabrean mas a un japonés que sufrir una humillación.

Grande Valentino. La semana pasada conquistaba su octavo título de Campeón del Mundo. Tipos locos como este hacen grande este deporte que me sigue enganchando.

Grazie mille Dottore. Complimenti.