domingo, 17 de agosto de 2008

“EL DOLOR DEL GORILA ARVELLANADO”

Joder, con lo bien que iba el veranito y la puñetera de la parca se ha encargado de fastidiarlo. Se nos ha ido Agustín González “El Chimenea”, uno de los grandes de nuestra fiesta y muchos lo vamos a echar de menos. Yo lo apreciaba tela y me consta que el sentimiento era mutuo.

Agustín fue una especie de Darwin gaditano, catalogando especies nunca hasta entonces conocidas como los cocodrilos de pileta y los gorilas verdes (también catalogados en ocasiones como “gorilas arvellanados”, por su alimentación a base de avellanas). Creó infinidad de nuevos adjetivos, a la altura de los más grandes eruditos de la Academia de la Lengua en Tomate (como él la definiría). Definir unos daños de poca proporción como “pequeños cascarañeos” está solo al alcance de los más grandes pensadores. Describir la violación de una pava grande de patinillo, que sufrió lesiones como “abocardamiento general del ano” y “abolladuras intestinales”, nos ofrece una lección de anatomía que ríase usted de Rembrandt.

Hacer carnaval en esos años no era nada fácil y por eso valoro tanto a esa generación de viejos copleros que le vacilaron a la censura del Desagradabilísimo (como dice mi amigo Antonio Reguera) y les dieron coba a los colegas del lápiz rojo. Hoy quisiera haber seguido con mi tónica habitual de columna veraniega, pero no creo que fuera justo dejar pasar la oportunidad de dedicarle algo a mi amigo “El Chimenea”.

Hoy tengo una mezcla de sentimientos “apipirigañados”; tengo el alma como “azanahoriada” y una tristeza “agropecuaria” con “cascarañeos” interiores. Su mejor homenaje sería tocar la marcha fúnebre con un pito de caña. Descanse en paz completamente del todo.

Enlace al Curriculum Carnavalesco de Agustín González "El Chimenea"
http://www.carnavaldecadiz.com/Carnaval00/pregonero00.htm

Mi querido compañero Javier Osuna me manda un artículo que le dedicó a Agustín hace algunos meses, cuando "El Chimenea" sufrió un incendio en su casa en el que perdió recuerdos carnavalescos de gran valor para él. Como Javi no tiene blog (está peleado con esto de internet y es una pena), para mí es un placer colgar aquí su artículo como homenaje a Agustín.

Agustín el trabalengüista

Por las oficinas de la Propiedad Industrial, en donde se registran las patentes y marcas, circula un rumor, con visos de verosimilitud, sobre la llegada de un emprendedor que pretendió patentar el “Pela chícharos” y el “Corta babetas”, y registrar la marca “El Gorila”. Le respondieron que era público y notorio que tan grandes inventos pertenecían a la excelsa inventiva de Agustín González, chimenea humeante del barrio de Santa María, ya que ambos estaban fabricados a partir de una compleja composición química, a base de acetato con bicarbonato, pescuezo de pato, hueso de aceituna, cañamón del mojamaque, petrolín del arabesco, alfadaina, casquete y fondillo.

No-conforme el presunto usurpador, y tras pensárselo un momento, le dijo al de la ventanilla: -¿Está usted seguro de lo que dice?... ¡Completamente del todo! le respondió fulminante.
El Chimenea hizo su tesis doctoral-carnavalesca sobre dos raras especies para la ciencia: “El cocodrilo de pileta” y “El gorila arvellanado”. El tribunal calificador lo aprobó por unanimidad, con un expediente inmaculado, como pañolín blanqui de moco, y con un reconocimiento implícito para este Darwin del trabalenguas, descubridor de “la pava grande de patinillo”.
Agustín es un fenomenati de la cocina carnavalesca, de cuyos fogones salieron las albondigatis cuadrás, y pelando las papas con gelatina, ha sabido combinar las recetas antiguas con la cocina de autor, de autor carnavalesco, naturalmente. Comprendo que el progreso cambiara la caña de escoba por el plástico y las mulillas de salinas por el tractor, pero me cuesta enormemente asumir que se extinga para siempre el trabalenguas en el Carnaval de Cádiz, por ser un rasgo enormemente singular de las agrupaciones gaditanas. Agustín fue su último depositario, su último defensor, heredero del Peiriquitúliqui, matúliqui de Rodríguez, del Samagón, publicán, cartabón, bisturí de Barbesan y del Macacún de la condesi sulfati del Carota.

La tradición no se tira; no se tírala mójala, sécala, la jalalá, hay que preservarla con venero y transmitirla como hacían las tribus, donde el concejo de ancianos depositaba la sabiduría en el joven guerrero. Hay que enseñar la lección con la A, con la B con la C, sin decir picardiatis, ni descantillarse por la canilla, pedrati en la coronilla, como tú se la enseñaste al Noli cuando era un jovencísimo y aplicado vampiro que supo chupar la esencia de tus murguillas.
No sientas pena, Agustín, porque un incendio haya consumido tus apreciados libretos. Las letras que dejaste escritas en el cancionero popular son tan valiosas e ignífugas, que jamás desaparecerán de la memoria colectiva del pueblo gaditano.
Javier Osuna

1 comentario:

salszburgo dijo...

Me han pillado estas noticias con un poco de bajón anímico, no son los post que me esperaba encontrar después de estos días en blanco, pero esto es la vida, en plena fiesta gaditana con el Trofeo Carraznza se van dos personas importantes para esta ciudad, carnavaleramente hablando.Mi pésame a las dos familias.